martes, 11 de mayo de 2010

Reflexiones


Me he dado cuenta que mi vida es un vaivén de mi humor, generalmente es por estas épocas a final de año que me invade la incertidumbre, un tanto la apuración de ¿Qué estoy haciendo?.

Este año me plantee ahorrar, por marzo mis cuentas iban más o menos, había logrado solventar las fiestas de febrero, mi aniversario y juntar para mi cumpleaños, pero luego vino el de mi pareja, el diez de mayo, compromisos y más compromisos que fui aceptando y que se convirtieron en gastos… solo para que mi primer propósito terminara en ceros… no requiero de tarjeta de crédito, ya así tengo muchas deudas.

Luego esta la parte laboral, hago recuento y estamos por las fechas en que cumplo un año de haberme graduado y no he logrado un trabajo fijo, solo de vez en cuando y eso no hace más fácil mi situación. Trabajar por cuenta propia es practico pero difícil, la prosperidad solo viene cuando hay chamba y en mi caso poco a poco se me han ido mis clientes con papás que no son constantes en el tratamiento.

Y como la cereza del pastel, he cumplido el cuarto de siglo y eso me hace sentir resistencia, resistencia a dejar atrás un estilo de vida al que se esta acostumbrado para “madurar”, y no es que no pueda madurar, tampoco es decir que no quiero, es más bien decir “malo por conocido que bueno por conocer”.

No lo se… estoy en esas ocasiones en que me niego a regresar (a lo de antes), no se hacia donde ir (porque en realidad no tengo la menor idea de lo que quiero) y estoy cansada de estar en el mismo lugar…

Hay algo a lo que me inclino y en parte no quiero llegar, que es buscar cualquier trabajo medianamente pagado con tal de tener dinero, no importando si es menor a mis capacidades… me siento como un león enjaulado pero por lo pronto ese león no tiene los medios para valerse por si solo y prefiere seguir dando saltos al ritmo del látigo…

No hay comentarios: